«Romancero gitano», Federico García Lorca

Si hablamos de Federico García Lorca, no podemos no mencionar el amor y la fascinación que le producía al autor el pueblo gitano. No es sólo una reivindicación cultural, sino una representación folclórica de Andalucía: tengamos en cuenta que, en aquellos momentos (y por desgracia, a día de hoy), se menospreciaba la población y cultura gitana.

Una de las obras más conocidas de nuestro Lorca es Romancero Gitano, que publicó en 1928. En ella, se incluyen dieciocho romances que toman como base la Andalucía gitana, hablándonos de ella a través de diferentes temas como la luna, el cielo o la muerte. Se mezcla lo narrativo y lo lírico, repleto eso sí de metáforas y símbolos. Para nosotras es un imprescindible si se quiere conocer la cultura granaína, así que aquí os dejamos el romance inaugural del repertorio, que se titula Romance de la luna, luna.

Dice así:

La luna vino a la fragua

con su polisón de nardos.

El niño la mira mira.

El niño la está mirando.

 

En el aire conmovido

mueve la luna sus brazos

y enseña, lúbrica y pura,

sus senos de duro estaño.

 

Huye luna, luna, luna.

Si vinieran los gitanos,

harían con tu corazón

collares y anillos blancos.

 

Niño déjame que baile.

Cuando vengan los gitanos,

te encontrarán sobre el yunque

con los ojillos cerrados.

 

Huye luna, luna, luna,

que ya siento sus caballos.

Niño déjame, no pises,

mi blancor almidonado.

 

El jinete se acercaba

tocando el tambor del llano.

Dentro de la fragua el niño,

tiene los ojos cerrados.

 

Por el olivar venían,

bronce y sueño, los gitanos.

Las cabezas levantadas

y los ojos entornados.

 

¡Cómo canta la zumaya,

ay como canta en el árbol!

Por el cielo va la luna

con el niño de la mano.

 

Dentro de la fragua lloran,

dando gritos, los gitanos.

El aire la vela, vela.

el aire la está velando.