¿Por qué pagar un tour si lo puedo hacer “gratis”?

Hace un tiempo, publicamos un artículo con consejos para elegir una visita guiada, que podéis leer pinchando aquí. Una de las preguntas que nos hemos dado cuenta que más se hacen los/as viajeros/as es si merece la pena contratar un tour de pago o, si por el contrario, es mejor optar por un free tour. ¿Cuáles son las diferencias? ¿Qué ventajas y desventajas tiene uno y otro?

– Precio: Por supuesto, a priori todos/as pensaríamos que la mejor opción es el free tour, puesto que como su propio nombre indica es un “tour gratis”; sin embargo, esto no es así. “Free tour” significa que no hay un precio establecido, sino que al final de la visita los/as asistentes deciden cuánto van a pagar. Y esto, aunque para el usuario pueda parecer algo muy cómodo, es muy perjudicial: en la gran mayoría de los casos, los participantes pagan unas cantidades muy bajas e, incluso, algunos se van sin pagar. En la mayoría de los casos, el/la guía que realiza el free tour está contratado/a por una empresa, por lo que la recaudación no es íntegra para el trabajador: la empresa pondrá condiciones para pagarle un importe mínimo de todo lo recaudado.

– ¿Guías oficiales?: Aunque en Andalucía la mayoría de guías están acreditados por la Junta de Andalucía, este tipo de tour deja espacio al intrusismo, puesto que puede haber personas que se ofrezcan a daros una vuelta por la ciudad a cambio de la voluntad. Los guías oficiales, en todo momento que ejercemos como tal, debemos llevar visible nuestra acreditación.

Calidad del servicio: el propósito del free tour es dar simplemente unas pinceladas genéricas para conocer la ciudad. Por su parte, los tours de pago suelen estar hechos con algún enfoque específico (historia, cultura, arte, gastronomía…), por lo que se ofrece una experiencia enriquecedora e inmersiva, a través de un discurso propio elaborado por la propia persona que te llevará por la ciudad.

– Masificación: A la hora de contratar un free tour, tened en cuenta que el máximo de personas legalmente permitidas es de treinta, lo cual es un gran inconveniente: la atención no es personalizada, se dificulta el andar (tanto a visitantes como a vecinos) y, en muchas ocasiones, apenas se puede escuchar al guía. Cuando pagáis por un tour, estos grupos suelen ser más pequeños (nosotras, por ejemplo, trabajamos con hasta 15 personas) y se usa un sistema de audio para que no os perdáis ningún detalle de la explicación.

Cancelación: La cancelación del free tour no conlleva ningún coste, de nuevo, un arma de doble filo: no hay garantía ninguna de que el tour se vaya a realizar si no se alcanza un número determinado de participantes, mientras que en el tour pagado previamente, no tendréis la preocupación de que os cancelarán en el último momento.

En resumen, aunque los free tours pueden ser atractivos por su coste cero, un tour de pago proporciona una experiencia más profunda, estructurada y rica en detalles. La inversión en un tour de pago se traduce en un valor añadido que puede transformar tu viaje en una aventura verdaderamente memorable.